Así era la anciana
La anciana era alta y robusta, toda una mujerona. Tenía unos ojos preciosos, de mirada penetrante y una piel morena, ya algo arrugada por el paso de los años.
Su pelo era blanco y lo llevaba recogido en un moño, lo que le daba cierto aire señorial y autoritario. Vestía con gran secillez, aunque con mucho estilo y casi siempre de negro, lo cual le transmitía un extraño halo de misterio.
Tenía un carácter fuerte y, a veces, podía parecer un tanto huraña, aunque en sus cara solía dibujarse a menudo una agradable y próxima sonrisa.
Era una mujer inteligente y generosa, siempre estaba dispuesta a ayudar a los vecinos y en las situaciones difíciles todos buscaban su opinión y su consejo. Por eso todos las respetaban y admiraban tanto.
Después de leer este texto realiza ahora tú la descripción de tu abuelo o de tu abuela
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